La maestría en Medicina Social y el Doctorado en Ciencias en Salud Colectiva a lo largo de su historia han desarrollado una perspectiva crítica en el campo de la salud de las poblaciones. Su praxis se adscribe a una corriente latinoamericana que analiza y propone alternativas sanitarias en un mundo secuestrado por los mercados y regulado por el miedo, marcado por desigualdades, pobrezas múltiples y violencias. En estos programas se mantiene un quehacer teórico y práctico por la salud, la equidad, la justicia, la paz y los derechos humanos fundamentales en sus dimensiones individuales y sociales.