«A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.»(Ez. 33.7-9)
«Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.» (Lucas 21:36)
La misión de Enguardia es (1) advertir e informar a los que andan en tinieblas —y así ser rescatados del juicio venidero— y (2) proporcionar toda la información posible al creyente para que pueda seguir creciendo y que, al mismo tiempo, estos oyentes puedan servir como atalayas del Evangelio.
www.enguardia.org