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Oración a la Virgen María por la Protección de la Familia
Oh Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, acudo a ti en este momento para pedir tu bendición y protección sobre mi familia. Bajo tu manto sagrado nos encomendamos, seguros de que tú nos cuidas y nos proteges de todo mal.
Madre amorosa, te pido que seas el refugio de cada uno de los miembros de mi hogar. Que tu presencia llene nuestro hogar de paz, amor y unidad, y que todos vivamos en la gracia de Dios. Protégenos de las acechanzas del enemigo, de las divisiones y de cualquier peligro que amenace nuestra armonía.
Intercede, Madre querida, por nuestras necesidades y nuestras preocupaciones. Cuida nuestros corazones y llénalos de fe y esperanza. Ayúdanos a vivir con humildad, con amor y con respeto unos por otros, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret.
Te pedimos, Madre, que cubras con tu manto a nuestros hijos y a cada miembro de nuestra familia. Guíalos en el camino de la vida, protégelos de las tentaciones y de las malas influencias, y enséñales a amar a Dios sobre todas las cosas.
Oh Virgen María, reina del cielo y madre de misericordia, escucha nuestras oraciones y concédenos la paz y la seguridad en nuestro hogar. Que siempre estemos bajo tu amparo y que tu amor nos sostenga en los momentos de prueba y dificultad.
Confiamos en tu intercesión, Madre bendita, y ponemos nuestras vidas en tus manos. Que tu protección y tu bendición nos acompañen todos los días de nuestra vida.
Madre Santísima, tú que conoces nuestras alegrías y nuestras tristezas, nuestras luchas y nuestras esperanzas, te pido que mantengas a nuestra familia unida y fuerte en el amor de Dios. Danos la fortaleza para afrontar las dificultades y la sabiduría para superarlas con fe y esperanza.
Que, bajo tu amparo, Madre de bondad, seamos una familia que busca siempre la paz, la reconciliación y el perdón. Que en nuestro hogar reine la paciencia, el respeto y la comprensión. Ayúdanos a ver en cada uno de nuestros seres queridos el reflejo del amor de Dios y a tratarnos siempre con cariño y compasión.
Virgen María, tú que estuviste al pie de la cruz y experimentaste el dolor de una madre, comprende nuestras necesidades y nuestras preocupaciones. Ponemos en tus manos nuestros problemas, nuestras dudas y nuestras cargas, confiando en que tú nos guiarás hacia la luz de tu Hijo Jesús.
Concedemos el don de la fe, para que nuestro hogar sea siempre un lugar donde se viva y se practique la Palabra de Dios. Que nuestros corazones estén llenos de tu amor y nuestra vida refleje siempre el ejemplo de Cristo. Danos la gracia de ser un testimonio vivo de la bondad y la misericordia de Dios, tanto dentro como fuera de nuestro hogar.
A ti, Madre bendita, te agradecemos por tu presencia en nuestras vidas, por tu amor constante y por tu intercesión ante Dios por nuestra familia. Que nunca nos falte tu protección y que, en cada paso de nuestro camino, sintamos el consuelo de tu abrazo maternal.
Amén.
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Señor de los Milagros, porque te amo, he venido a visitarte para alabarte, bendecirte, y darte gracias por tantos favores que me has concedido.
Señor de los Milagros, porque te amo, me arrepiento de los pecados que he cometido. Te prometo comenzar desde hoy una vida nueva.
Señor de los Milagros, porque te amo, quiero verte presente en mis hermanos.
Señor de los Milagros, porque te amo, he venido a suplicarte como el leproso del evangelio: Señor, si quieres, puedes curarme. Perdona mis pecados y cura las enfermedades que me hacen sufrir.
Señor de los Milagros, porque te amo, me consagro a tu servicio con mi familia, mis seres queridos, mis trabajos, estudios, problemas y alegrías.
Señor de los Milagros, porque te amo, quiero vivir contigo durante la vida para vivir contigo en el cielo.
Oh María, Madre del Perpetuo Socorro, presenta esta consagración a tu divino Hijo. Amén.
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Oración a San Miguel Arcángel:
San Miguel Arcángel, defensor en la batalla, te invoco en mis momentos de tribulación. Guíame y protégeme de todo mal, ilumina mi camino y dame fuerza para enfrentar los desafíos que me agobian. Con tu espada de luz, corta las cadenas que me limitan y ayúdame a encontrar la paz y la solución que necesito.
San Miguel, protector de los que buscan justicia,
te pido que me rodees con tu amor y fortaleza.
Ayúdame a superar mis temores y dudas,
y a enfrentar cada desafío con valor y determinación.
Te ruego que ahuyentes de mi vida
todas las adversidades y energías negativas.
Con tu luz divina, llena mi corazón de esperanza
y guíame hacia la solución que tanto anhelo.
Gracias, San Miguel, por tu constante protección.
Confío en tu intercesión y en el poder de tu amor. amén
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Oración a San Benito por los Hijos
Oh glorioso San Benito, padre de los monjes y protector de todos los que buscan refugio en Dios, te imploro que pongas a mis hijos bajo tu amparo y protección.
Concede a mis hijos sabiduría para discernir el bien del mal y la fortaleza para resistir las tentaciones del mundo. Que sigan siempre el camino de la virtud y la verdad, guiados por tu ejemplo de santidad.
Protege sus mentes, corazones y cuerpos de todo peligro y maldad. Aleja de ellos toda influencia negativa y mantén su fe firme y su amor a Dios ardiente.
Intercede ante nuestro Señor Jesucristo para que mis hijos reciban todas las bendiciones necesarias para su bienestar espiritual, emocional y físico. Que sean siempre hijos de luz, viviendo en la gracia y la paz de nuestro Señor.
San Benito, tú que eres conocido por tu gran sabiduría y virtud, te pido que inspires en mis hijos un amor profundo por el conocimiento y la verdad. Que en sus estudios y en su vida diaria busquen siempre la excelencia y la integridad, siguiendo tu ejemplo de dedicación y disciplina.
Guíalos en sus decisiones, grandes y pequeñas, para que siempre elijan el camino que conduce a Dios. Que en sus corazones habite la paz y la alegría que provienen de una vida vivida en comunión con el Señor.
Ayúdales a ser compasivos y generosos con los demás, extendiendo la mano amiga y el amor cristiano a quienes los rodean. Que sean faros de luz en un mundo a menudo oscuro, irradiando la bondad y el amor de Cristo en todas sus acciones.
Oh, glorioso San Benito, acompaña a mis hijos en todos sus caminos, líbralos de los peligros y guíalos hacia una vida plena y fructífera, en la gracia de nuestro Señor Jesucristo.
Por tu intercesión, confío en que Dios los cuidará y protegerá, derramando sobre ellos todas sus bendiciones.
San Benito, patrón poderoso y santo protector, te ruego que intercedas especialmente por mis hijos en sus momentos de dificultad y prueba. Que encuentren en tu ejemplo la fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida con fe y valentía.
Protege sus sueños y esperanzas, y guíalos a través de los caminos inciertos de la juventud. Que siempre sientan tu presencia y tu protección, especialmente en los momentos de soledad y miedo.
Oh, San Benito, tú que has vencido al mal y has mostrado el poder de la oración y la fe, te pido que apartes de mis hijos todo maleficio, hechizo o influencia negativa que pueda dañarlos. Que tu medalla sagrada sea para ellos un escudo de protección contra todo peligro.
Llénalos de la gracia del Espíritu Santo, para que puedan discernir la voluntad de Dios en sus vidas y seguirla con alegría y confianza. Que encuentren siempre consuelo en la oración y en la Eucaristía, y que su relación con Dios se profundice cada día más.
Bendice sus relaciones con los demás, que encuentren amistades verdaderas que los apoyen y los guíen hacia el bien. Que sean un reflejo de tu amor y misericordia en sus comunidades, siendo siempre instrumentos de paz y justicia.
San Benito, te pido con todo mi corazón que escuches mis oraciones y lleves mis súplicas ante el trono de Dios. Que mis hijos sean siempre bendecidos y protegidos por tu intercesión poderosa.
Amén.
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Oración a San Miguel Arcángel por la Protección de los Hijos
San Miguel Arcángel, príncipe glorioso de los ejércitos celestiales, defensor y protector de las almas, acudo a ti con humildad y confianza para pedir tu poderosa intercesión por mis hijos.
Con tu espada celestial, defiéndelos de todo mal y peligro. Protégelos de las trampas del enemigo y de las influencias negativas que puedan acechar sus mentes y corazones. Que siempre sientan tu presencia y se sientan seguros bajo tu protección.
Guía sus pasos y ayúdales a caminar por el sendero de la verdad y la justicia. Que en sus decisiones y acciones reflejen la luz de Cristo y sigan el camino de la virtud y la santidad.
San Miguel Arcángel, encomendamos a ti la protección diaria de nuestros hijos. Que en sus vidas experimenten la paz y la seguridad que sólo pueden venir de Dios. Llénalos de valor para enfrentar los desafíos y de sabiduría para discernir el bien del mal.
Cubre a mis hijos con tus alas protectoras y defiéndelos en sus momentos de debilidad. Ayúdales a ser fuertes en la fe y a confiar siempre en la misericordia y el amor de Dios.
Intercede ante nuestro Señor para que mis hijos reciban abundantes bendiciones y protección en cada etapa de sus vidas. Que tu poderosa presencia los guíe y los guarde, hoy y siempre.
San Miguel Arcángel, guardián celestial, te pido que seas el escudo protector de mis hijos en su vida cotidiana. Que tu luz radiante ilumine sus caminos, alejando toda sombra de duda, miedo o confusión.
Fortalece sus corazones con tu valor y coraje. Que, como tú, sean valientes guerreros en la lucha por la justicia y la verdad. Inspírales a ser firmes en su fe y a no dejarse llevar por las tentaciones y engaños del mundo.
Bendice sus pensamientos, palabras y acciones. Que todo lo que hagan esté guiado por el amor y la sabiduría divina. Protégelos en sus estudios, trabajos y en todas sus actividades, manteniéndolos siempre a salvo de cualquier daño o peligro.
San Miguel, te pido que envíes a tus ángeles para que los acompañen y custodien en todo momento. Que sientan la presencia de estos mensajeros celestiales, especialmente en momentos de soledad, tristeza o incertidumbre.
Ayúdales a encontrar la paz y la alegría en la oración y en la relación con Dios. Que sus corazones estén siempre abiertos al Espíritu Santo, y que su fe sea una fuente constante de fortaleza y esperanza.
Te ruego que intercedas por mis hijos ante el trono de Dios, pidiendo por su bienestar físico, emocional y espiritual. Que la gracia divina los rodee y que sean siempre protegidos por tu amoroso cuidado.
Oh, glorioso San Miguel, confío a ti lo más preciado de mi vida, mis hijos. Cuídalos, guíalos y protégelos siempre, y llévalos cada día más cerca del Sagrado Corazón de Jesús.
San Miguel Arcángel, defensor incansable del pueblo de Dios, en esta oración te confío todas las preocupaciones y deseos que tengo para mis hijos. Que tu intercesión poderosa los mantenga siempre bajo el manto protector del Altísimo.
Cuando se enfrenten a decisiones difíciles, ilumina sus mentes con la sabiduría divina para que siempre elijan el camino que lleva a la verdad y al bien. Que tu ejemplo de fidelidad y lealtad a Dios sea una inspiración constante para ellos.
Rodea sus corazones con la fortaleza espiritual necesaria para resistir las tentaciones del mundo. Enséñales a ser firmes en su fe, a confiar siempre en la providencia divina y a encontrar consuelo y esperanza en la oración.
San Miguel, protector celestial, te pido que vigiles sus sueños y les concedas descanso y paz. Que sus noches sean tranquilas y sus días estén llenos de la alegría y la gracia de Dios. Que ningún mal, físico o espiritual, se acerque a ellos mientras duermen y que se despierten cada mañana renovados y fortalecidos.
En sus relaciones con los demás, guíalos para que sean siempre amables, justos y compasivos. Que sus acciones reflejen el amor de Cristo y que sean un testimonio vivo de su misericordia y bondad. Protégelos de cualquier influencia que busque apartarlos del camino del bien.
Oh glorioso San Miguel, acude en su ayuda en momentos de prueba y adversidad. Que sientan tu presencia consoladora y tu apoyo en cada dificultad que enfrenten. Líbralos de todo mal y condúcelos siempre hacia la luz y la verdad de nuestro Señor.
Te ruego también que les concedas el don de la salud y la vitalidad. Que sus cuerpos sean fuertes y sus espíritus inquebrantables. Que puedan cumplir con alegría y energía todas las tareas que Dios les ha encomendado.
San Miguel Arcángel, te encomiendo a mis hijos con la confianza plena de que tu intercesión los protegerá y guiará siempre. Que su vida esté llena de las bendiciones y el amor de Dios, y que un día, al final de su jornada en esta tierra, puedan unirse contigo en la gloria eterna del cielo.
Amén.
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Oración de Liberación a la Virgen María
Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, bajo tu amparo nos acogemos y en ti ponemos nuestra confianza. Tú que eres la Madre del Redentor y la Reina del Cielo, intercede por nosotros ante tu Hijo Jesucristo.
Oh, Virgen María, purísima y sin mancha, te pedimos que intercedas por nosotros y nos libres de toda influencia negativa, de todo mal y de todo aquello que nos aleja del amor de Dios.
Con tu poder maternal, rompe las cadenas que nos atan al pecado, a la desesperación y a la angustia. Libéranos de todo mal físico, espiritual y emocional. Tú que eres refugio seguro para los afligidos, consuelo de los necesitados y abogada de los pecadores, acoge nuestras súplicas y cúbrenos con tu manto protector.
Te pedimos, Madre Amada, que con la luz de tu pureza ilumines nuestras vidas, que nos guíes por el camino de la santidad y que nos acerques más a tu Hijo, Jesucristo, fuente de toda gracia y misericordia. Bendita Madre, en tus manos ponemos nuestras vidas, nuestras luchas y nuestras preocupaciones. Tú que fuiste escogida por Dios para ser la Madre de su Hijo, llénanos de tu gracia y fortaleza para enfrentar las dificultades que se nos presentan.
Te pedimos que enciendas en nuestros corazones el fuego de tu amor y que nos des la paz que solo tú puedes otorgar. Libéranos de todo lo que nos oprime, de los miedos y de las sombras que nos rodean. Aleja de nosotros las tentaciones del maligno y guíanos por el camino de la verdad y la justicia.
Virgen poderosa, ruega por nosotros para que recibamos la gracia de una conversión profunda y sincera. Que nuestros corazones se vuelvan a Dios y que podamos vivir en la plenitud de su amor. Purifica nuestros pensamientos, palabras y acciones para que siempre estén en armonía con la voluntad divina.
Te pedimos, Madre Santísima, que seas nuestra protectora en esta vida y nuestra guía hacia la vida eterna. Que podamos, al final de nuestros días, gozar de la presencia de tu Hijo Jesucristo en el cielo, donde tú reinas gloriosa junto a Él.
Bajo tu manto nos refugiamos, Santa Madre de Dios. No desoigas nuestras súplicas, sino líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita.
Amén.
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Las voces del santo rosario. Gracias madre del cielo por permitir grabar el santo rosario.
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