Quiero compartir mis experiencias gastronómicas con el mundo. No soy chef, no soy catador, ni crítico culinario, ni gourmet, sólo me gusta comer. Por eso nace Salí. ¿Por qué este nombre? Pues porque gramaticalmente carga con dos semánticas beneficiosas: el pasado de una acción ejecutada por mí y el futuro de una invitación para que compruebes lo que te estoy diciendo.