Se interpreta el desarrollo histórico de la Escuela de Agricultura (EA) en la Ciudad Universitaria (CU) de Madrid durante casi 150 años. Cabe imaginarlo entre dos paréntesis como representados en sendos cuadros de azulejos creados por Daniel Zuloaga en 1909, cuando los formó para acoger a visitantes a un lado y a otro de la puerta de entrada a la que fue Estación de Ensayos de Máquinas en el entonces llamado Instituto Agrícola Alfonso XII. Daban paso, entre ellos, al estudioso de ciencias y técnicas agrícolas, como jambas que sostuvieran aquel portal a la agricultura. Salvados de la Guerra Civil, que tuvo su epicentro bajo ellos entre noviembre de 1936 y marzo de 1939, y primorosamente cuidados por la Escuela, puede hoy reconocerse en el primero una tradición de milagros muy españoles, a la que contrapone el segundo como un horizonte hacia el que puede progresar la agricultura con el esfuerzo del hombre y con el apoyo de técnicas agrícolas orientadas en las ciencias.