Recuerdo ese día en el que me vi en la necesidad de cambiar, sí, siempre he querido tener un mejor rendimiento físico, pero hablo de una cuestión interna, mental y espiritual. Y es que me vi dormida, muy cómoda yo, hasta que la vida me tiró del sillón. Tenía que cambiar, lo comprendí, pero mi ser quería ir más allá, transformarme y transformar, desde mi contexto, hasta el contexto de otras personas, de forma bidireccional. Busco un cambio colectivo. Reconozco la necesidad del desarrollo personal integral, y descubrí que si logró que una, dos, tres personas reconozcan en ellas dicha necesidad y pongan manos a la obra, mi propósito se verá cumplido. Si, suena algo pretencioso, y huelga aclarar que, no querid@, yo no haré el cambio, eso lo harás tú. Si tú cambias todo cambia.