En estos videos, se refleja el sueño que Jamil Rodríguez Mejía albergaba desde su niñez: el de establecer una ganadería de toros de reparo. Este sueño, que comenzó como una ilusión en la mente de un niño, ha tomado forma y se ha convertido en una realidad gracias a años de arduo trabajo y dedicación. Hoy, Jamil y su equipo están listos para comenzar esta nueva etapa, con la bendición de Dios y el Santo Niño de Atocha guiando sus pasos. Este logro no solo representa el cumplimiento de un sueño, sino también el testimonio del esfuerzo y la perseverancia necesaria para alcanzar nuestras metas más ambiciosas.