Un viernes santo muy triste , mucha agua nervios y poca empatía , los niños pidiendo cera y llevándose una desilusión tan grande como la misma madre De Dios , con su hijo en brazos sin poder darle la vida .

Todos los nervios se pueden entender todos vamos a misa y acudimos a la casa del señor cada domingo , en algunas ocasiones hasta más veces en semana , un niño no puede ser objeto de una decisión errónea , la ilusión y la fe está patente en esa bola de cera , que se lleva cada año de tantos , y tantas personas buenas de fe , que ven en ese niño o niña , a quien posiblemente , sea quien coja el relevo .

En la casa del señor , tiene que haber cabida para todos , y si no recordar las sagradas palabras “ dejad que los niños se acerquen a mi”

No con esto quiero que nadie se sienta ofendido , ni culturalmente, ni políticamente , ni religiosamente , simplemente que me crie, en otra fe , en otras creencias , en otra época , donde a una persona mayor se dejaba entrar en la iglesia aunque estuviera cerrada con toda la comitiva , puede ser vuestra Madré , o puede ser el último año que llame a la puerta , o que esos niños se crien en la fe de cuidar a los mayores , de decir buenas tardes , buenos días , pase usted . Eran otros tiempos .