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Robert I Bruce, rey de Escocia conocido por lograr su independencia frente a los ingleses en el siglo XIV, en la vida real fue el famoso 'Braveheart'. Aunque la película de Mel Gibson lo aplicó a otro personaje, el soldado William Wallace.
El rey, en su lecho de muerte, pidió a sus más fieles seguidores que le extrajeran el corazón del pecho y lo enterrasen en la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén. El caballero Sir James Douglas lideró la expedición, llevando consigo, colgado del cuello y en un cofre de plata, el corazón embalsamado de su monarca.
En España, los ejércitos de Castilla tenían puesto el punto de mira en la ciudad mora de Teba, bien guarecida por en el actual Castillo de la Estrella: ‘enclavado justamente en la cima de una alta y empinada colina, fuertemente fortificado y que domina un llano paisaje y su río’, que diría un joven escudero escocés. El entonces monarca, Alfonso XI, convenció a los escoceses de que la Guerra Santa también se estaba librando en España, que tenían la obligación moral de unirse a sus huestes y ayudar a conquistar la plaza antes de proseguir camino a Jerusalén.

Durante la batalla, Sir James Douglas contempló cómo los adversarios se retiraban y, con decisión, optó por perseguirlos sin conocer que se trababa de una estrategia militar nazarí que no tenía otro objetivo que rodearlos en emboscada. Douglas cae muerto el 25 de agosto de 1330, pero, según el mito, antes de morir exclamó: "adelante, bravo corazón (braveheart), donde tú vayas has de vencer, Douglas te seguirá o morirá”.

De esta manera, el corazón del rey tocó suelo en Guerra Santa, aunque realmente lejos de Jerusalén. Tras el fracaso de Teba, la comitiva regresó con el cofre a Escocia y el corazón fue enterrado en la abadía de Melrose.