Durante la época virreinal en Nueva España, la Iglesia Católica tenía una influencia considerable sobre la vida cotidiana y las creencias de la gente. La teología y la doctrina de la Iglesia a menudo guiaban las decisiones en asuntos morales, éticos y filosóficos. Una de las cuestiones teológicas que intrigaban a los clérigos era el concepto del alma y cómo se relacionaba con fenómenos naturales y biológicos, como el nacimiento de gemelos.

En Guanajuato, en el siglo XVIII, nacieron un par de gemelos que murieron poco después del parto. Este acontecimiento llamó la atención de las autoridades eclesiásticas debido a una peculiaridad en el nacimiento de gemelos: querían determinar si los gemelos compartían una sola alma o si cada uno tenía su propia alma individual.

Para responder a esta pregunta, las autoridades eclesiásticas decidieron realizar una investigación exhaustiva. Esta investigación se llevó a cabo con gran seriedad y rigor, reflejando la importancia que se le daba a las cuestiones del alma y la salvación eterna.

Los cuerpos de los gemelos fueron sometidos a un examen . Este examen no solo se centró en los aspectos físicos, sino que también incluyó consideraciones teológicas y filosóficas. Los médicos y teólogos colaboraron en esta investigación.

Se convocó a un grupo de teólogos y expertos para discutir y debatir sobre la naturaleza del alma en casos de gemelos. Este debate se basó en textos religiosos, escritos de los Padres de la Iglesia y la doctrina católica vigente en ese momento.

La conclusión de la investigación no es clara en todos los detalles, pero refleja el pensamiento teológico de la época. La Iglesia finalmente decidió que cada gemelo tenía su propia alma, ya que cada ser humano es considerado una creación única y distinta de Dios, independientemente de las circunstancias de su nacimiento.

Este caso es un ejemplo interesante de cómo la teología y la ciencia se entrelazaban durante la época virreinal. También muestra cómo la Iglesia abordaba preguntas complejas sobre la vida y el alma, utilizando tanto el conocimiento científico como la doctrina religiosa para llegar a sus conclusiones.