Lograr fama hoy en día es muy fácil, sobre todo cuando se cuenta con recursos tecnológicos como la internet, pero alcanzar el estatus de ídolo, lo que conlleva al éxito, y conservarlo durante más de cuatro décadas, es una tarea que pocos logran realizar.
En el caso de Alberto Aguilera Valadéz esto ha significado dejar de lado su vida personal para lograr ser el Juan Gabriel que todos conocen.
Él nació en Parácuaro, Michoacán, el 7 de enero de 1950. Fue el menor de diez hermanos; y gracias a su deseo de triunfo ha roto con esquemas establecidos, pues sin importar lo que se pueda decir de su persona, sale al escenario a ofrecer espectáculos que, incluso, lo han puesto como de los mejores en el mundo.
El llamado "Divo de Juárez", considerado como uno de los grandes compositores mexicanos junto a Agustín Lara, José Alfredo Jiménez y Armando Manzanero, inició su paso por la música como muchos que han sobresalido en este ámbito: con una posición económica nada alentadora e interpretando su música en los bares, uno de ellos, el Noa Noa, bajo el nombre Adán Luna.
Pero si hay algo que distingue a Alberto -bautizado así en honor de Alberto Limonta, de la radionovela "El derecho de nacer" -, quien tras haber sido acusado de robo salió del llamado "Palacio negro" de Lecumberri, en 1971, para iniciar un camino que a la fecha no ha dejado.
Enriqueta Jiménez "La prieta linda" fue su "ángel", pues al saber de sus dotes como compositor y cantante lo puso en contacto con la RCA. Ahí surgiría Juan Gabriel.
Bajo ese nombre, el artista logra que el maestro Eduardo Magallanes le hiciera su primera prueba con el tema "Escándalo"; tras esto, hizo coros para Angélica María, Roberto Jordán y Estela Núñez.
Después despegaría gracias a que el novel intérprete demostró que podía ser un gran artista con una oda a su posición económica: "No tengo dinero".
Así, Juan Gabriel comenzaría su ascenso a las listas de popularidad, en lugares de honor que aún hoy en día, cada que saca un disco, ocupa.
Destacable es lo hecho por el michoacano, pues pese a que él pudo quedarse con verdaderas joyas musicales, las cedió para que otros las cantaran; son temas que ya se han convertido en clásicos como "No se ha dado cuenta" (Roberto Jordán), "Extraño tus ojos" (Estela Núñez) , "Amor Eterno" (Rocío Dúrcal), "De mi enamorate" (Daniela Romo), "Luna" (Ana Gabriel), "Mentira" (Luis Miguel), "Lo pasado, pasado" (José José), entre otras decenas más.
El estatus de ídolo de Juan Gabriel es parte de s