Después de derramar muchas lágrimas y sentir un gran deseo de establecer una relación con mi Padre celestial, tomé la decisión más importante de mi vida. Durante más de 20 años, le pedí a Dios que me enseñara sus caminos y su verdad, sin importar mis conocimientos previos, conceptos, religión o enseñanzas. Durante este tiempo, me embarqué en un viaje espiritual en el que lo único que importaba era llegar a la verdad más profunda de la palabra de Dios. Descubrí que esta verdad no respeta la religión ni la ciencia, y solo puede ser verdaderamente enseñada por el Espíritu Santo. Este blog está dedicado a la verdad de Dios y de su hijo Jesús. No busco fama ni cosas materiales, sino compartir las verdades grandiosas que el Espíritu Santo me ha enseñado en los últimos veinte años. Espero que puedas unirte a mí en este viaje espiritual hacia la verdad.